Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

 

Korczak (1990) Dir. Andrzej Wajda  
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Conmovedora película del maestro polaco Andrzej Wajda, claro precedente de la posterior La lista de Schindler de Steven Spielberg y no sólo por su magnífica fotografía en blanco y negro. Cuenta la historia auténtica del pedagogo, periodista, médico y escritor polaco de origen judío Janusz Korczak, que dirigió un orfanato para niños judíos durante la Segunda Guerra Mundial en el guetto de Varsovia. Con sólido guión de Agnieszka Holland y una inolvidable interpretación de Wojciech Pszoniak, nos muestra que también en medio del horror pueden surgir personajes heroicos, capaces de dar la vida por el prójimo.

El 22 de julio de 1878 (o 1879 según algunas fuentes), nació en Varsovia un polaco llamado Henryk Goldszmit que no sólo llegó a destacarse como médico y pedagogo, sino también como escritor especializado en literatura infantil.

El seudónimo Janusz Korczak lo adopta en 1898, cuando presentó, en el certamen I. Paderewski, una obra teatral llamada “¿Cómo?”. Este seudónimo lo empleó siempre, salvo cuando publicaba cosas relacionadas con la medicina

La muerte del padre, hecho que tuvo lugar en 1896, dejó a este joven y al resto de su familia en una mala situación económica, razón por la cual Henryk se vio obligado, desde muy temprana edad, a mantener a su madre, su hermana y su abuela.

Al tiempo que comenzó a estudiar medicina en Varsovia, Goldszmit empezó a dar sus primeros pasos en el mundo de las letras. En este contexto, además de publicar numerosos artículos en diversos diarios polacos, decidió participar, bajo el seudónimo Ignacy Paderewski, en un concurso literario.

Ya graduado, Goldszmit se desempeñó como pediatra y, durante la Guerra Ruso-Japonesa, fue doctor de campaña. Una vez terminado el conflicto bélico, este profesional de la salud se hizo cargo de un orfanato que pronto se convirtió en su lugar de residencia. Años después, Henryk continuaría sus estudios en Berlín.

Tráiler de la película en alemán.

La Primera Guerra Mundial lo encontraría como médico de campaña con el rango de teniente. En ese contexto, el también escritor aprovecharía su tiempo libre para darle forma a algunos ensayos pedagógicos.

Para 1926, Goldszmit ya había fundado varios orfanatos y los niños que él protegía comenzaban a desarrollar su propio diario, un suplemento semanal titulado “Maly Przeglad” que acompañaba al diario polaco-judío “Nasz Przeglad”.

Con el tiempo, este autor que quedó en la historia con el seudónimo Janusz Korczak, llegaría a tener su propio programa de radio, aunque las quejas de personas antisemitas provocaron el levantamiento de ese envío.

“Niños en el cuarto de dibujo”, “Cómo hay que amar a un niño” y “El rey Mateíto I” son algunos de los títulos que componen la obra literaria de este escritor que falleció el 5 de agosto de 1942 y que, de forma póstuma, fue distinguido con el Premio de la Paz de los libreros alemanes.

Los últimos tiempos de Korczak. Como oficial del ejército polaco, después del estallido de la segunda guerra mundial, Korczak se presentó como voluntario al servicio militar, pero no pudo ser aceptado debido a su avanzada edad. No obstante, durante la ocupación alemana, tuvo la osadía de vestir el uniforme polaco. Manifestó su clara oposición negándose a llevar la estrella de David a pesar de la obligación impuesta por los nazis de señalar así a los judíos, pues consideraba esa imposición como una clara profanación de ese símbolo. Los últimos meses de su vida los pasó en el gueto de Varsovia. Newerly, su posterior biógrafo, intentaría entonces conseguir para Korczak en la zona aria de la ciudad una documentación falsa, pero el doctor se negó a abandonar el gueto, en el que prosiguió relatando con regularidad sus experiencias en el diario que ya había comenzado en 1939. Un diario muy esclarecedor que había abandonado en los dos años anteriores al consumir toda su energía en las labores de dirección de Dom sierot y otras actividades relacionadas con la protección de los niños del gueto. Este diario fue publicado por primera vez en Varsovia en 1958. La última anotación corresponde al día 4 de agosto de 1942.

En la mañana del día 5 o 6 de agosto el territorio del “gueto pequeño” fue rodeado por los soldados de las SS y los policías ucranianos y letones. Durante el transcurso de la llamada “Gran acción”, es decir, la fase principal del exterminio de los habitantes de gueto de Varsovia por los alemanes, Korczak volvía a rechazar la oferta de ayuda, ya que no quería abandonar a los niños y a los empleados del orfanato. El día de la deportación final Korczak condujo el desfile de sus protegidos a la plaza Umschlagplatz de donde partían los transportes hacia los campos de exterminio. En la marcha participaron más de doscientos niños y unas decenas de educadores, entre ellos la misma Stefania Wilczyńska. Este último “paseo” ha quedado convertido en leyenda: es uno de los grandes mitos de la guerra y un evocador recuerdo, aunque no siempre relatado de manera coherente y fidedigna con los detalles. “No quiero ser blasfemo ni desmitificador, pero tengo que decir como lo ví entonces. La atmósfera emanaba inercia, automatismo, apatía. La conmoción no se hacía visible al ver a Korczak; nadie saludaba (como lo describen algunos), y sin duda ninguno de los mensajeros de Judenrat intervino. Nadie se acercó a Korczak. No hubo gestos, nadie cantaba, no hubo orgullosas cabezas en alto, no recuerdo si alguien sujetaba la bandera de Dom sierot; dicen, que sí. Reinaba un silencio terrible, agobiante. (…) Uno de los niños iba agarrado al abrigo de Korczak, tal vez de su mano; todos iban como en un trance. Les acompañé hasta la puerta de Umschlag...”.

Korczak con los niños del orfanato bajo acacia, Gocławek 1938
Janusz Korczak, getto warszawskie, 1941/42 r.

Según otras versiones los niños marchaban en filas de cuatro sujetando la bandera del Rey Matías I, protagonista de una de la novelas escritas por su educador. Cada niño tenía consigo un juguete o un libro preferido. Uno de los chicos, al frente del desfile tocaba el violín. Las fustas de los ucranianos y los soldados de las SS chasqueaban por encima de la multitud de niños, aunque el desfile lo conducía un soldado que había manifestado cierta simpatía por ellos. Janusz Korczak murió con sus protegidos en el campo de exterminio de Treblinka. En 1948 fue condecorado de manera póstuma con la Cruz de Caballero de la Orden del Renacimiento de Polonia.

Identidad. Janusz Korczak se consideraba a sí mismo judío-polaco. Actuaba a favor del acercamiento entre polacos y judíos. Su lengua materna era el polaco y en ese idioma escribía. El hebreo no lo empezó a estudiar hasta los años treinta, cuando empezó a simpatizar con el movimiento sionista. Y el yiddish -lengua de la mayoría de los judíos en Polonia- lo podía entender con dificultad gracias a sus conocimientos del alemán. En los años 30 empezó a interesarse más por el resurgimiento de la nación judía colaborando con revistas de las asociaciones juveniles sionistas y participando en sus seminarios. En aquel momento atravesaba una crisis personal y profesional. En cierta medida le ayudaron a salir adelante sus dos viajes a Palestina en 1934 y 1936. Viajes en los que intentaba, como él mismo escribe: “asimilar el pasado, conseguir encontrar fundamento para las reflexiones sobre el presente y -¡qué fácil es decirlo!- mirar hacia el futuro”.

 

 

 

 

 

Fecha del evento: Jueves 15.11.2012 Sociedad de los Polacos Mar del Plata